Hace unos días el diario Perfil, publicó una foto de la que fue borrada una de las personas que componía la imagen original. Periodistas, fotógrafos, comunicadores y hasta una organización relacionada con el fotoperiodismo salieron a recordarnos los mandamientos (nunca cumplidos por nadie) del periodismo, de la libertad de expresión y de la ética. El énfasis del reclamo estaba , en algunos casos, directamente relacionado al hecho de que la foto en cuestión ilustraba un tema sensible para el gobierno. La realización de la foto también tiene su historia, los fotógrafos que cubrían la visita de la Presidenta de Brasil, nunca fueron alertados de que las dos mandatarias saldrían al balcón de la Casa Rosada, es por eso que la fotografía solo la realizó el famoso fotógrafo presidencial, práctica que ya es habitual desde hace muchos años. La editorial Perfil, perpetra actos como este habitualmente, como muchas otras publicaciones y editoriales del país, sin dejar de mencionar el robo indiscriminado de imágenes que ya es una de las nuevas formas de hacer periodismo. Sin ir muy lejos en el Salón de las Mujeres Argentinas en Casa de Gobierno hay colgada una fotografía, que según su autor, nunca nadie le pidió para ser exhibida allí. El diario Perfil, sin dudas, merece nuestro repudio por alterar fotografías. Pero en los tiempos en que vivimos parece mas "valiente" pegarle a unos, que a otros.
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