No muchas personas pueden construir un reino desde un pasillo, sin embargo Sara lo hizo. La
idea de convertir el pasillo que comunica al Teatro San Martín con el edificio del Centro Cultural
del mismo nombre, en Fotogalería, fue el inicio de un reinado plagado de momentos de esplendor.
Este fin de semana los suplementos culturales de La Nación y Clarín le han dedicado la tapa y
generoso despliegue en su interior. En uno anuncia que ya no es más la curadora del museo de
Bellas Artes, en el otro que está preparando un libro con la colección de fotografías de autores
argentinos que ella posee, sus favoritos todos juntos en un nuevo libro de su editorial. Sara, la
influyente, la que dijo con absoluta convicción que: " los fotógrafos (refiriendose a los reporteros
gráficos), son un grupo de zaparrastrosos que creen que están en sierra Maestra con el Che".
Sara, la temida, infinitamente más temida que respetada. La que con su sola firma puede abrir
las puertas de las más importantes becas que ofrece la fotografía a nivel mundial. A la que los
genuflexos de la fotografía local han adulado hasta por las dudas, para no perder sus favores,
parece que se despide. Justo ahora que la Fotogalería del San Martín ocupó dos pasillos más
y que ya no es referencia de nada. Justo ahora que la fotografía relacionada con el arte se
siente mas cómoda en Palermo Soho, o en las galerias de Barrio Norte, que en el Museo
de Bellas Artes cuya colección construyó y engordó con fotos donadas, alimentando la
tendencia de que el Estado puede comprar cualquier cosa, menos fotografías, y afirmando
la idea de que nadie le niega una foto, a Sara Facio.
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1 comentario:
Como siempre, acertados tus comentarios que comparto totalmente
abrazo y recuerda que dijo que éramos unos ekekos con nuestros bolsos y chalecos.
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