aquí, me refiero esencialmente al fotoperiodismo y la fotografía
documental y no aparece en el horizonte nada que nos sorprenda.
Todo sigue igual o peor que hace un año atrás, no existe la
producción ni la puesta en página de nada significativo en estos
doce meses en ningún diario ni revista importante, tampoco en
galerías. Nadie recuerda una serie de fotos realizada por un
mismo fotógrafo, que configuren un relato, de ninguno de los
hechos relevantes que vivimos en el 2010. No hay premios o
distinciones para fotógrafos argentinos, a nivel internacional,
sobre temáticas acontecidas en estas tierras o producidas por
revistas, diarios locales o fotógrafos independientes. Aun no
sobrevuela ni como idea un premio de prestigio a la producción
nacional, tampoco existe el organismo o institución que esté en
condiciones de convocarlo. Los diarios siguen publicando lo mismo
que hace 10 o 20 años, con fotógrafos cada véz más cansados de
hacer siempre lo mismo. No hay entusiasmo, no hay ideas, no
hay incentivos, no hay fotos. Han aparecido algunos blogs,
especialmente en diarios, en los cuales algunos fotógrafos dan
rienda suelta a sus ganas de hacer otras cosas con respecto
a su trabajo y al cada vez mas convocante transito hacia el
video. Se han colado por allí los picaros con su inagotable
capacidad para promocionar sus academias personales, o los
emprendimientos relacionados con la fotografía, de sus amigos.
El gran ausente sigue siendo el Estado, que no invierte en
fotografía y si lo hace es a cambio de contraprestaciones que
tienen que ver con las necesidades políticas de los gobernantes
de turno. Estamos muy lejos de lo que sucede en España,
México o para no ir tan lejos, en Uruguay o en Chile.
¿Cuando se modificará este cuadro de situación?, nadie lo sabe.
Esencialmente porque no existe la sensación de que la fotografía
sea parte de nuestra cultura y que el Estado tiene la obligación
de fijar politicas para su difusión, conservación y crecimiento.
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