Estamos viviendo tiempos difíciles en el mundo de la
fotografía, en especial en la fotografía relacionada con
el periodismo. La creciente expulsión de fotógrafos de
los medios y el casi nulo consumo de material fotográfico
por las empresas periodísticas ha generado una oferta de
productos relacionados con esta profesión que ha explotado
en los últimos tiempos. Muchos de los expulsados del medio
dirigen sus próximos pasos hacia la docencia con
emprendimientos privados y otros sostenidos por organismos
dependientes de reparticiones relacionados con el Estado.
Se acumulan ofertas varias que ofrecen “cursos” de iluminación,
de técnicas de retoque digital, de marketing editorial, de revisión
y profundización de la obra realizada, de conceptos básicos, de
historia de la fotografía universal, de interpretación de la obra de
autores famosos, etc., etc., etc. No deberíamos olvidar a aquellos
que han encontrado el filón de ser jurados profesionales de cuanto
concurso se presente, periodísticos, artísticos, aficionados,
inclasificables, etc.etc. Algunas instituciones están ofreciendo
títulos y hasta han armado carreras de varios años de cursada,
que entregaran a un mercado que no existe seudos profesionales
que nadie demanda. En realidad, los que se están retirando
voluntaria o compulsivamente de esta profesión, están tomando
aire de un espacio que lo único que en realidad necesita para seguir
existiendo son nuevas propuestas que necesariamente deben pasar
por lo fotográfico y no por lo que vulgarmente se denomina: “curro”.
(En Lunfardo el significado de Curro es el siguiente: fingido trabajo
por el cual se cobra a algún incauto, estafa, timo, defraudación.)
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1 comentario:
Ud con mucha veracidad ha explicado este tema
saludos
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