domingo, 3 de junio de 2007

Elecciones

Los principales destinatarios de las promesas de los candidatos en todo tipo de elecciones en nuestra sociedad, son los pobres. En esta elección a Jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, se han gastado cifras millonarias en publicidad para conquistar el voto de las mayorías y aparentemente solucionar los problemas que la injusticia y la pobreza generan entre nosotros. Nunca sabremos cuanto se invirtió y si el dinero usado era legal o no. Lo habitual en estos casos es que luego del comicio rápidamente se olviden las promesas por otras urgencias que siempre las hay. Lo cierto y real es que desde el inicio de esta ya larga etapa democrática en el país, los políticos de todos los colores han sido los únicos realmente beneficiados, ellos y los eternos e inamovibles financistas de este gran negocio que es hacernos creer que cada cierto tiempo elegimos algo o algunos que nos van a mejorar la vida. Quizas la gran pregunta seria la siguiente: ¿Cuando estamos depositando nuestro voto en la urna, realmente estamos eligiendo o alguien ya lo hizo por nosotros?

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